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Edificio construido en el siglo XVI, cuando la Corona emite un edicto en el que se ordena la construcción de las casas consistoriales con sus cárceles. Su emplazamiento actual fue en 1618.
La actual fisonomía del edificio está fechada en 1868, bajo los auspicios del alcalde José Marín de Sobremonte que fue quien lo inauguró en octubre de ese año.
Construida entre el último cuarto del siglo XV y el primero del XVI, la Iglesia de la Asunción, junto con su Retablo Mayor, fueron declarados Monumento Histórico Artístico Nacional el 20 de agosto de 1981. Su arquitecto fue Miguel de Villarroel, que ocupaba el puesto de Maestro Mayor de la Catedral de Coria, y su constructor, Rodrigo Alonso.
Es una de las magnificencias del gótico tardío, de una sola nave, con bóvedas de terceletes y estrelladas, destacando las de la sacristía y la capilla de San Andrés. La portada principal es de estilo Manuelino, muy decorada; y de las dos laterales, la del Sol, que tal vez perteneció a otra iglesia anterior, es la más antigua, mientras que la del Norte, con su arco apuntado y sus bellas archivoltas, está mejor conservada. En cuanto a la sacristía, obra de los maestros Andrés y Rodrigo Alonso bajo la dirección de los arquitectos Luis y Hernando Moreno, es un buen ejemplar renacentista.
La construcción del Retablo se inicia en 1548 por parte del ensamblador y entallador de Plasencia Alonso Hipólito, quien realiza la arquitectura y escultura de las 28 tallas de nogal que lo integran; y el pintor y decorador Pedro de Aguirre, también de Plasencia, fue quien lo estofó y dio policromía (1560-1563). (Toda la belleza y riqueza ornamental que dio Aguirre al Retablo desapareció en 1732 al ser dorado de nuevo por el pintor y dorador Francisco González Centeno).
Consta de 20 cuadros en tablas realizados por Luis de Morales ‘El Divino’ entre 1560-1563, periodo durante el cual el insigne artista fijó su residencia y taller en Arroyo de la Luz, habilitándosele para tal fin la antigua ermita de San Bartolomé y San Blas. Considerada su obra cumbre, es la mayor colección de obras del autor conservadas en el mismo sitio en el que fueron creadas, y se ha convertido en una de las joyas del arte renacentista extremeño.
En el primer tramo de la famosa calle Corredera. Construcción de finales del siglo XIX y principios del XX. Antigua casa de la que fuera mayordoma de la Virgen de la Luz, Magdalena Orozco. Fue donada como fundación cuya misión era socorrer a los más necesitados en la villa. En la fachada dos detalles de distinción, el cuadro de azulejos que representa a Jesús Nazareno y un escudo eclesiástico con mitra, espadas y cruz.
Construida entre el último cuarto del siglo XV y el primero del XVI, la Iglesia de la Asunción, junto con su Retablo Mayor, fueron declarados Monumento Histórico Artístico Nacional el 20 de agosto de 1981. Su arquitecto fue Miguel de Villarroel, que ocupaba el puesto de Maestro Mayor de la Catedral de Coria, y su constructor, Rodrigo Alonso.
Es una de las magnificencias del gótico tardío, de una sola nave, con bóvedas de terceletes y estrelladas, destacando las de la sacristía y la capilla de San Andrés. La portada principal es de estilo Manuelino, muy decorada; y de las dos laterales, la del Sol, que tal vez perteneció a otra iglesia anterior, es la más antigua, mientras que la del Norte, con su arco apuntado y sus bellas archivoltas, está mejor conservada. En cuanto a la sacristía, obra de los maestros Andrés y Rodrigo Alonso bajo la dirección de los arquitectos Luis y Hernando Moreno, es un buen ejemplar renacentista.
La construcción del Retablo se inicia en 1548 por parte del ensamblador y entallador de Plasencia Alonso Hipólito, quien realiza la arquitectura y escultura de las 28 tallas de nogal que lo integran; y el pintor y decorador Pedro de Aguirre, también de Plasencia, fue quien lo estofó y dio policromía (1560-1563). (Toda la belleza y riqueza ornamental que dio Aguirre al Retablo desapareció en 1732 al ser dorado de nuevo por el pintor y dorador Francisco González Centeno).
Consta de 20 cuadros en tablas realizados por Luis de Morales ‘El Divino’ entre 1560-1563, periodo durante el cual el insigne artista fijó su residencia y taller en Arroyo de la Luz, habilitándosele para tal fin la antigua ermita de San Bartolomé y San Blas. Considerada su obra cumbre, es la mayor colección de obras del autor conservadas en el mismo sitio en el que fueron creadas, y se ha convertido en una de las joyas del arte renacentista extremeño.
Casa del nieto del primer Marín que llegó hasta Arroyo y de doña Antonia Teresa Bullón y Figueroa. Lo más característico es el escudo cuartelado en cruz (Marín/Aldana/Garcés/Figueroa).
Construcción que se dice de las más antiguas de la villa, aunque probablemente no lo sea (la fecha que adorna la misma no es correcta). Una propiedad más cercana a la leyenda que a la historia. Puerta adintelada con escudo encima sin emblema alguno. Al lado existía un callejón estrecho que unía la antigua calle Larga con la calle El Palacio (hoy Germán Petit).
Casa de mampostería enfoscada de dos plantas y chimenea tradicional. Entre las dos ventanas encontramos un escudo con guardapolvo y coronado en cornisa. Árbol desenraizado con dos perros o lobos rampantes.
Edificio con carácter palaciego y fachada de sillares con imposta entre segunda planta y doblado. Se observan jambas y dinteles en los vanos. En la segunda planta escudo oval en bajo relieve con volutas a los lados, con armas de Castro, Holgado y Marín.
Construida entre los siglos XV-XVI, fue una de las ermitas con más tradición religiosa en Arroyo de la Luz. Contaba con un campanario y un altar frontal, pero hoy sólo queda un sillar adosado a la entrada.
En 1560 fue utilizada como estudio y taller del pintor pacense Luis de Morales, quien pintó aquí las 20 tablas que componen el Retablo Mayor de la Iglesia Parroquial Ntra. Sra. de la Asunción, por cuya obra cobró 400 ducados (equivalente a unos 3.000 euros actuales).
En 1851 la compró D. Juan Marín de Sobremonte, que la destinó a vivienda, siendo trasladada la escultura de San Blas a la Iglesia de la Asunción y el cuadro del santo a la Ermita de la Luz.
Cruz de término construida a principios del siglo XVI, realizada en piedra con tipología de columna. La cruz que remata la obra consta de dos caras, en una de las cuales aparece la figura de Cristo crucificado y en la otra la de la Virgen con un niño al que parece estar amamantando, que es de la que deriva su nombre, ya que según la tradición oral las mujeres en cinta acudían a ella para pedir a la Virgen poder amamantar a sus hijos.
Del edificio, en el que se situaba el antiguo cuartel de la guardia de carabineros, sólo se conserva el escudo, que muestra las armas de las familias Pimentel, Marín, Garcés y Sanabria. Se observan además otros símbolos, como banderas, cañones, medallas y otros dos escudos menores, lo que indica que se trataría de un lugar oficial. El timbrado de corona del escudo representa el poder señorial.
Este edificio albergó el primer cuartel de la Guardia Civil que existió en Arroyo (finales del siglo XIX) antes de convertirse en cuartel de Carabineros.
Fundado por el concejo en el año 1575, fue la villa que ostentó el patronato durante los siglos de existencia de este (XVI-XIX).
Donado a la Orden de los Franciscanos Descalzos de San Pedro de Alcántara, constaba de dos partes: la iglesia y las dependencias conventuales. Es de estilo gótico, del siglo XVI, excepto la capilla o sagrario y algunas dependencias, que son barrocas, del siglo XVIII.
En uno de los tramos de la nave se abre la sacristía, de 1714, planta cuadrada y decorada de yesería barroca. La puerta de acceso principal presenta un arco de medio punto con dovelas cuadradas, alargadas y piramidales sobre las que hay una hornacina donde estaría la imagen de San Francisco; dos escudos a ambos lados, el de la Casa de los Herrera (calderos) y el escudo de la Villa (fresno y verraco); y otro encima, el escudo familiar de los Condes de Benavente, señores de la villa, con las armas de D. Alonso Pimentel (VI conde duque de Benavente) y las del reino de Valencia.
El convento contaba con numerosas imágenes, entre ellas una de San Francisco de Asís, titular del convento y otra de San Pedro de Alcántara, ambas fueron trasladadas a la Ermita de la Luz y otras muchas a la Iglesia Parroquial de la Asunción tras la desamortización, cuando fue también abandonado. Se mantuvo habitado hasta el siglo XIX, y posteriormente, en el XX, utilizado como almazara.
Construcción del siglo XV que durante el siglo XVI fue reutilizado como castillo señorial, pasando a ser Casa Fuerte de los Herrera.
La fortaleza constaba de recinto cuadrado con foso, realizado con sillares irregulares de granito, mampostería y pizarra unida con argamasa, y dos torres exteriores cilíndricas con sus saeteras y las almenas del lienzo o pared sur.
A principios del Siglo XIX el patio de armas del castillo se convirtió en cementerio hasta la construcción del actual.
El Palacio Menor, construido durante el siglo XVII, conserva la portada adintelada cuadrada enmarcada en arco de medio punto y dovelas alargadas. Al lado de la ventana se sitúa el escudo heráldico, semejante al que aparece en el palacio mayor, lo que indica que ambos edificios pertenecieron al mismo dueño, pero sin querubines y con leones enfrentados. Y remata la construcción una enorme chimenea rectangular de tres cuerpos, típica también de la arquitectura popular arroyana.
El Palacio Mayor, de dos pisos y planta rectangular, la segunda planta tiene 3 ventanas adinteladas, data del siglo XVII. Su escudo está timbrado de casco y lambrequines, lo que indica que su dueño era un ennoblecido, es decir, que pasó a la nobleza gracias a la compra de títulos o a mercedes y gracias reales. Representa las armas de la casa de Castro, Carvajal, Sanabria y Bullón, y está sustentado por dos querubines apoyados en un mensurar o moldura. En la fachada trasera se observa la portada en arco de medio punto y las ventanas en marco de granito labrado, así como dos chimeneas típicas de las casas arroyanas.
Palacio cuyo nombre deriva del apellido del primer propietario, Jacinto Marín, administrador del conde de Benavente y corregidor de Arroyo. Fue también mayordomo de la ermita de la Virgen de la Luz. Viudo de Isabel Garcés, pronto contrajo matrimonio con doña Catalina Valencia, dueña también del palacio.
El palacio solo conserva del siglo XVII la fachada exterior. La segunda planta tiene tres balcones. Lo más característico es su bello escudo de alabastro que semeja un jarrón con dos volutas a la manera de asas. Ovalado, cuartelado en cruz y timbrado, representa las armas de Hernández, Marín y Guzmán.
Construida en el siglo XV como ermita de los Santos Mártires, en referencia a San Fabián y San Sebastián, pertenece al gótico puro del siglo XV, aunque de lo que fue la ermita sólo se conserva la puerta gótica, trasladada al nuevo lugar de entrada. Posee en su interior un retablo rococó, en madera sin policromar, con una imagen de San Sebastián del siglo XVIII.
En 1756 fue restaurada por D. Diego Holgado de Guzmán, Fiscal de la Real Audiencia de Lima y natural de Arroyo de la Luz, construyéndose la capilla mayor, la cúpula y una sacristía. Y en 1959 dejó de ser ermita para pasar a ser Parroquia.
Monumento construido como símbolo de la jurisdicción e independencia de la villa otorgada en 1503 bajo el reinado de los Reyes Católicos. Realizado con sillares de piedra y elevado sobre un gran bloque granítico, está compuesto por nueve tramos cuadrados. Los cuatro ángulos acaban en cuatro brazos o ménsulas que salen de los cuatros vértices e indican los cuatro puntos cardinales. El pilar se cierra con un sillar trapezoidal donde aparecen dos escudos: el de armas del pueblo y el de la Casa de los Herrera, señores de la villa.
Fue conocido como la ‘Cruz de la Horca’, al poder haber sido utilizado como picota donde se expusiera a los reos a la vergüenza pública.
Construida en el siglo XV como ermita de San Antonio Abad, pasó a ser Parroquia en el año 1959. Su arquitectura pertenece al gótico popular y consta de una sola nave dividida en tres tramos. Para su construcción se utilizó la mampostería en los muros y la sillería en la unión de los mismos, y en la parte alta se levanta una espadaña moderna con tres vanos que acogen las tres campanas.
Antiguamente la ermita estaba toda encalada, pero tras las reformas que sufrió en la década de los sesenta se hizo de mampostería careada y rejuntada con cal.
Cruces de término del siglo XVII que señalaban la amplitud de la villa. Estas cruces se situaban en la entrada de la población o en las afueras en los cruces de camino.
La cruz más cercana al púlpito tiene forma de capitel o columna cuadrada, y esta tiene forma de columna. Ambas están rematadas en cruz de hierro.
Fundada por el clérigo Juan Holgado en 1626 en la terminación de un Vía Crucis, presenta tres cruces de piedra granítica que aparecen en la parte alta y simbolizan el Calvario. Es una pequeña construcción de mampostería con ladrillo, característica de la arquitectura popular, pero con aspecto oriental y de casa árabe. Era la más pequeña de las ocho ermitas que existían en Arroyo.
La imagen de la Virgen de la Soledad que acoge en su interior se le encargó al maestro tallista de Aceuchal en 1826 por 500 reales, al haber sido la anterior quemada por las tropas francesas en 1808.
En la misma plazuela se alza un púlpito que, debido al tamaño de la ermita y los muchos devotos con que contaba, se tuvo que levantar en el exterior.
Construcción de los siglos XVII y XVIII de estilo barroco. Su origen parece estar en un primitivo templo paleocristiano que existiría en este lugar, aunque actualmente sólo quedan restos de edificación del siglo XVI.
Está construida en honor a la Virgen de la Luz, Patrona de Arroyo, cuyo culto se remonta a los asentamientos romanos y visigodos que existían en la dehesa.
La ermita, junto con la anterior imagen de la Virgen, fue destruida en 1809 por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia; y es en 1814 cuando se talla la actual imagen de la Virgen y se reconstruye la ermita.