Ciudad de la Cerámica - Turismo Arroyo de la Luz. Todo lo que somos
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Ciudad de la Cerámica

Arroyo de la Luz ya era conocido en los mercados españoles del siglo XVI por su cerámica sin pintar y por los alfares que producían objetos de uso doméstico (cántaros, búcaros, botijos, pucheros, hornillos…) que se han mantenido hasta la actualidad. La profesión de los alfareros la introdujeron los árabes en Arroyo, que en 1846 contaba con 60 fábricas. Hoy en día tiene tres importantes y prestigiosos talleres de alfarería, convertidos más en un atractivo turístico que en un medio de supervivencia; y aunque se ha reducido el número de alfareros, se ha producido una profunda transformación en la concepción del oficio, que ha ganado en calidad y arte.

Tiene el municipio una gran tradición artesana, destacando, según datos de 1791, las fábricas de barro, los curtidores de pieles y las fábricas de palos de lanas. Junto a éstos se situaban profesiones como carniceros, colmeneros (la mayoría situados en la dehesa, siendo estas colmenas posesión de la ermita), batanadores, tintoreros que teñían pieles, pastores y labradores…; y abundaban los hornos de tejas, ollas y ladrillos, introducidos en la época musulmana.

No en vano Arroyo de la Luz ostenta el reconocimiento de “Ciudad de Cerámica” perteneciendo a la Asociación Española de Ciudades de la Cerámica, más de 30 ciudades trabajando en red para la promoción de la cerámica nacional.