La Dehesa de la Luz se encuentra en el municipio de Arroyo de la Luz, en la provincia de Cáceres, dentro de una región del Suroeste de España llamada Extremadura que cuenta con la mayor superficie de dehesa del país.
Situada en una ruta excepcional, entre la ciudad de Cáceres, Patrimonio de la Humanidad, y una de las más soberbias construcciones romanas de Europa, el Puente romano de Alcántara, la Dehesa de la Luz es la primera ‘Dehesa Cultural’ de Europa, con lo que se quiere mostrar que es una “construcción de ingeniería cultural” y dar una visión global e interrelacionada de los distintos aspectos que la integran: recursos físicos, producción de bienes y servicios comerciales y ambientales, formas de explotación, relaciones sociales, evolución histórica, perspectivas futuras.
El espacio donde se ubica la Dehesa de la Luz ya se utilizaba desde el Neolítico como zona de pastos, conformándose con el paso de romanos, visigodos y árabes, y consolidándose definitivamente como sistema dehesa con la reconquista cristiana de esos terrenos, ya que el pastoreo se erige como la herramienta más eficiente para repoblar estas zonas de baja productividad, con un escaso número de personas disponible.
La Dehesa de la Luz formará parte, pues, de los pastos de invierno y otoño para los rebaños que trashumaban entre Norte y Sur de España y que dará origen a la soberbia Red de 15.000 Km de Vías Pecuarias conservada aún en España.
Hoy es un mar de encinas y alcornoques que ocupa 977 hectáreas en un perímetro de 18,6 kilómetros, donde el visitante puede conocer a través de actividades y experiencias la singular riqueza natural y cultural que ofrece.
Para comprenderla como Dehesa Cultural se propone la oportunidad de vivir experiencias que produzcan emociones positivas y que permitan entender su sentido y valor como productora de bienestar para el ser humano.
Se propone así un proyecto de turismo interactivo y formativo que oferta:
La Dehesa de la Luz es un mosaico de hábitats producto de la combinación de dos factores clave, su peculiar geomorfología y su manejo agroforestal, que generan diferentes fuentes de alimento y refugio para flora y fauna.
Este mosaico se compone de pastizal, arbolado, matorral, afloramientos rocosos y medio acuático, con más de 20 charcas y arroyos estacionales, en el que también es reseñable la presencia de elementos construidos, como paredes de piedra y ruinas de antiguos edificios, todo lo cual sirve de refugio a numerosas especies.
Entre la diversidad de especies de flora, sólo en los pastizales se estima que existen unas 200 variedades de gramíneas, leguminosas y compuestas; y en los pastos de suelos profundos y escaso pastoreo aparecen algunas especies amenazadas, entre las que destacan varios tipos de orquídeas.
Además, la gran diversidad en tamaño y edad de los más de 30.000 árboles presentes en la Dehesa (unos 600 alcornoques y el resto encinas) constituyen un estrato clave para la biodiversidad, creando el hábitat idóneo para ricas comunidades de insectos (como mariposas nocturnas y diurnas) y especies arborícolas (como el agateador común, trepador azul, oropéndola y cuco). Y sus pies envejecidos y con orificios sirven de refugio a especies trogloditas tales como el cárabo, el herrerillo o el carbonero, y también a diversos mamíferos, tanto roedores como carnívoros y reptiles, especialmente al lagarto ocelado.
En el hábitat rocoso, además, existen numerosas especies de mamíferos pequeños (roedores, musarañas, erizos…), medianos carnívoros (tejón, zorro, gineta, garduña, meloncillo y comadreja) y de reptiles, como varias especies de lagartija (colilarga e ibérica) la salamanquesa, el lagarto ocelado y varias especies de culebras (bastarda, de escalera y de herradura).
Y también existe en sus abundantes masas de agua una rica comunidad de anfibios (sapo común, partero ibérico y corredor; ranas común y de San Antonio; gallipato y tritón jaspeado) y reptiles que utilizan el agua o la vegetación circundante para su ciclo vital (culebra viperina, galápago leproso, eslizón ibérico y culebrilla ciega).
Por otro lado, la Dehesa de la Luz es área de campeo para grandes aves rapaces y zancudas, como el buitre negro, buitre leonado y el alimoche; y varias especies de rapaces cazadoras, como las águilas imperial, culebrera, calzada y el ratonero la cigüeña negra y común, la garza real…; y, durante el invierno, la grulla común y el cormorán grande se benefician de sus charcas.
La mayor parte de estas especies se encuentran amenazadas y tienen sus áreas de reproducción en zonas serranas más inaccesibles, como en la vecina Sierra de San Pedro.
La gestión de la dehesa se basa en el pastoreo extensivo de ganado vacuno y ovino, siendo algunas de sus ovejas razas autóctonas en peligro de extinción, como la oveja merina negra, la oveja merina precoz; y también la vaca blanca cacereña y los burros cordobeses.
Existe asimismo ganado equino de varias razas, propiedad del Ayuntamiento y de los vecinos.
Una de las características más notables de la Dehesa de la Luz es la abundancia de grandes rocas graníticas que se concentran en la mitad oeste de la finca. Históricamente esto ha permitido a sus pobladores edificar diferentes tipos de construcciones útiles para la gestión de la dehesa, tales como paredes, muros de contención, bohíos o casetas tan útiles para el manejo agrario como para la biodiversidad, al albergar numerosas especies.
La Dehesa contiene, de hecho, algunas preciosas edificaciones semi-naturales que integran elementos naturales y antrópicos, y existen también en varios puntos de la misma tumbas visigóticas excavadas en la roca.
La Dehesa de la Luz es también centro espiritual al contar con la ermita donde se encuentra la Virgen de la Luz, patrona del pueblo y que da nombre a la Dehesa. El edificio y la talla actual de la virgen sustituyeron a los originales, incendiados y destruidos en 1808 por tropas francesas durante la guerra de la Independencia.
Cada año se celebra una romería muy popular en la Dehesa para celebrar la vuelta de la talla de la Virgen a la ermita, tras pasar en la Iglesia del pueblo 9 días, en torno a la Semana Santa. Esta romería es uno de los grandes acontecimientos locales y suponen un símbolo de identidad y una fuerte vinculación emocional del pueblo con la Dehesa.
La Dehesa de la Luz es un espacio en el que abundan restos de la presencia de seres humanos desde tiempos inmemoriales.
El Dólmen de la Luz es una estructura funeraria megalítica que data del IV o III milenio a.C.
Eran lugares de enterramiento colectivo de los miembros de una misma comunidad. Su pequeña galería de entrada estaba orientada hacia el este y durante los equinoccios el sol bañaría su interior durante los amaneceres.